A diferencia del calendario gregoriano que rige en la mayoría de los países del mundo y es estrictamente solar, el pueblo judío se rige por el calendario hebreo, que se establece en base al ciclo solar y al lunar. Esto, porque la ley judía establece que los meses deben ser fijados según el ciclo de la luna, pero a su vez éstos se deben corresponder con las estaciones del año, que son gobernadas por el sol. Esta combinación es importante ya que la Torá establece para determinadas festividades en qué estación del año se deben celebrar. Por ejemplo, Pésaj (Pascua judía) ha de celebrarse en primavera.
En todos los casos, las festividades judías se celebran de acuerdo con la rotación de las estaciones del año en Israel y así lo hacen los judíos de todo el mundo, independientemente del lugar en el que se encuentren y de la estación del año en la que se hallen.
Este calendario, que actualmente está en el año 5774, posee meses diferentes al del calendario gregoriano. Algunos de ellos se componen de 30 días y otros de 29. Asimismo, a fin de poder sincronizar el ciclo lunar con el solar, cada ciclo de 19 años posee 7 años “bisiestos”, en los cuales se agrega un mes completo al calendario: Adar B. Es por esto que las festividades judías cada año modifican sus fechas respecto del calendario gregoriano.