El Decreto de la Alhambra

El 31 de marzo de 1492, se promulgó el Decreto de la Alhambra para los dominios de la Corona de Castilla y los de la Corona de Aragón. El decreto ordenaba la expulsión de los judíos de todos los territorios antes del 31 de julio de ese año, a menos que se convirtieran al cristianismo.
Tres meses antes, el 2 de enero de 1492, se había conquistado el último dominio musulmán en la Península Ibérica con el fin del asedio a Granada.


La decisión de expulsar a los judíos —o de prohibir el judaísmo—está relacionada con la instauración de la Inquisición catorce años antes en la Corona de Castilla y nueve en la Corona de Aragón, porque precisamente fue creada para perseguir a los judeoconversos que seguían practicando su antigua fe. Los judíos también fueron expulsados del reino de Navarra en 1496 y del reino de Portugal en 1498.
El decreto inició la expulsión de un grupo de población que había residido en la Península Ibérica durante siglos. El gran número de conversos -llamados popular y despectivamente marranos- que se habían convertido al cristianismo, en su mayoría bajo presión masiva, estaban bajo la sospecha general de la Inquisición española de que seguían adhiriéndose secretamente al judaísmo. El cristianismo de los que habían sido bautizados a la fuerza fue escrutado incansablemente. Los conversos declarados culpables de herejía por los procedimientos de la Inquisición eran a menudo condenados a muerte en la hoguera y quemados públicamente en la hoguera tras los llamados autodafés. La Inquisición sólo juzgaba a los cristianos bautizados y no a los judíos.


El 16 de diciembre de 1968 -con motivo de la inauguración de la Sinagoga de Madrid- el Edicto de la Alhambra de los Reyes Católicos fue declarado inválido por el gobierno español y sólo fue revocado irrevocablemente el 1 de abril de 1992 por el rey español Juan Carlos I.


En 2015 las Cortes Generales españolas aprobaron una ley por la que se reconocía como españoles a los descendientes directos de los judíos expulsados entre 1492 y 1498.

La imagen es una pintura del francés Emilio Sala donde se ilustra el momento de la firma del Decreto de la Alhambra.