A 75 años de la liberación de Auschwitz: La enseñanza del Holocausto en la era post moderna

El 27 de enero de 1945 el Ejército Rojo liberó a los últimos 7.000 prisioneros que quedaban en el campo de concentración y exterminio de Auschwitz. Los alemanes sabían que estaban por perder la guerra, por lo que justo antes de su huida, hicieron estallar las cámaras de gas y los crematorios que seguían funcionando. Quienes sobrevivieron a Auschwitz, el campo que resumió la maldad nazi, se transformaron en la voz de aquellos que no tuvieron la misma suerte. 
 
Hoy, 75 años después del día en que los aliados le devolvieron la libertad a los prisioneros, quedan muy pocos testigos vivos de la historia. Por lo mismo, en los próximos años, la enseñanza del Holocausto deberá tratarse como un hecho perteneciente a la historia de la humanidad y no solo como una persecución que le ocurrió a un grupo humano en particular.
 
A medida que el fenómeno de la post modernidad se hace más evidente y se encuentra con la era “sin sobrevivientes”, la educación sobre el Holocausto y la lucha contra todo tipo de discriminación se volverá una tarea más difícil. En ese contexto, los museos aparecen como una herramienta eficaz para complementar la enseñanza formal. De hecho, un estudio recientemente publicado por el centro de investigación estadounidense Pew Research reveló que los adultos que habían visitado un monumento o museo del Holocausto (el 27% de los 10.971 encuestados) respondieron correctamente 2,9 de las cuatro preguntas de opción múltiple planteadas sobre el tema. En comparación, aquellos que nunca habían visitado un monumento o museo del Holocausto respondieron correctamente a solo 2 preguntas en promedio.
 
Respondiendo a esta evidencia y al creciente interés por conocer sobre estos temas y vincularlos con la formación ciudadana, el Museo Interactivo Judío de Chile (MIJ) está desarrollando una nueva muestra sobre el Holocausto.
 
El proyecto, que honra tanto a las víctimas como a los sobrevivientes y héroes de este periodo, contempla agregar 80 metros cuadrados de una exhibición permanente al memorial actual, la que contendrá documentos, objetos de la época y testimonios de los sobrevivientes que llegaron a Chile después de la Segunda Guerra Mundial. Es un proyecto ambicioso que permitirá incrementar el número de visitas al recorrido del Holocausto y que responde a la misión del MIJ de llegar a la sociedad chilena con un mensaje de respeto por los Derechos Humanos y la valoración de la diversidad. 
 
En tiempos donde los únicos testimonios de los sobrevivientes estarán en los museos y en los libros de historia, el deber de los educadores y de los museos es encontrar nuevos métodos para transmitir a las futuras generaciones los horrores del Holocausto, los peligros del racismo y de los discursos de odio. Y justamente en Chile el MIJ es uno de los más importantes aliados en esta tarea al poner a disposición diversos recursos educativos que aprovechan la tecnología para aprender las lecciones del pasado.
 
Fijar una fecha para la conmemoración también es una ayuda para universalizar ciertos valores, como el respeto por la democracia y los Derechos Humanos, pero además responde a que los países pertenecientes a la ONU adhieran al esfuerzo de transmitir el “nunca más” por todos los medios posibles.