En noviembre de 2014 fue inaugurado el Museo Interactivo Judío de Chile (MIJ), el primero de su tipo en la región. A cargo de la dirección ejecutiva de MIJ se encuentra Alejandra Morales Stekel, artista visual y gestora cultural, con amplia experiencia en investigación sobre el holocausto. En junio, Alejandra Morales participó de un viaje a Alemania para conocer de cerca la vida judía actual y generar redes que puedan enriquecer al nuevo museo.
El 25 de noviembre de 2014 fue inaugurado el Museo Interactivo Judío de Chile. Esta institución, ubicada en Lo Barnechea, enfoca su labor hacia la difusión del valor de la cultura judía a través de la historia con la misión de aportar al enriquecimiento de la convivencia en diversidad en Chile. El museo cuenta con un recorrido de historia judía y otro sobre el holocausto. Su carácter multimedial lo convierte en el primer museo judío de su tipo en la región. Quien encabezó la producción, gestión y construcción del MIJ es su actual directora ejecutiva, Alejandra Morales Stekel.
El holocausto es una preocupación central en la trayectoria de Morales Stekel. En 2008, concibió junto a Karen Codner la Fundación Memoria Viva para grabar los testimonios de unos ciento veinte sobrevivientes de la
shoá que aún estaban vivos en Chile, para lo cual se creó el archivo audiovisual “Voces de la
Shoá”. Se asesoraron con el Archivo Oral de la Universidad de Yale y finalmente crearon una metodología propia, con la que posteriormente capacitaron al Museo de la Memoria para generar su propio archivo oral. En el año 2012, la Fundación Memoria Viva fue la primera organización latinoamericana en compartir un archivo de estas características con el United States Holocaust Museum (Museo del Holocausto en los Estados Unidos). Asimismo, ha completado con éxito la individualización y digitalización de los documentos del archivo histórico del Ministerio de Relaciones Exteriores que da cuenta de las políticas de estado en relación al holocausto y al proceso de inmigración judía a Chile, que se logró gracias a un fondo del Claims Conference. Este es un archivo único en su tipo en Chile y Latinoamérica, con más seis mil documentos. Alejandra compartió con nosotros sus impresiones de su primera visita en Alemania y su trabajo en el MIJ.
¿Por qué pensaron en hacer un museo interactivo?
Desde el inicio fue pensado así, porque el espacio es reducido y permite dar cabida a infinitos materiales. Y también porque el grupo objetivo es el de colegiales entre primero y cuarto medio, que son más sensibles a estos formatos. El foco está en la historia del pueblo judío y en la historia de Chile como país compuesto de distintos grupos de migrantes, donde los judíos son sólo uno de ellos.
¿Fue tu primer viaje a Alemania? Dada tu experiencia en shoá, ¿qué impresiones te despertó?
Sí, fue mi primera vez. No había querido ir ahí, antes ni siquiera me hubiera imaginado dormir en Alemania. No fui la única del grupo que tuvo la misma aprensión. Pero ahora iría feliz nuevamente a recorrer mucho más.
¿Resultó ser un aporte para tu trabajo en el MIJ?
Fue un viaje muy interesante, porque era el primero que realizaba el Ministerio de Relaciones Exteriores dedicado al tema de la memoria en el ámbito judío. Asistieron el director del Museo de Auschwitz, la encargada de archivos del recién inaugurado Museo Judío en Polonia, la única diputada judía del Parlamento de Rusia, la directora del Museo de la Tolerancia de Los Ángeles de la Fundación Simón Wiesenthal, el director del Museo de Theresienstadt, un rabino de Rumanía y otro de Brasil, así como el editor de un diario judío de Venezuela,a quienes no conocía personalmente y me sirvió muchísimo para generar redes.
¿Qué fue lo que más te llamó la atención en el viaje?
La manera en que Alemania trabaja los temas de memoria y de reinserción de judíos, como sucede ahora con los de Ucrania, a los que brindó asilo. La comunidad judía de Berlín es pequeña, no se registran más de tres mil miembros. Sin embargo, muchos artistas israelíes han escogido vivir en Berlín. Se calcula que son unos diez mil, pero como no participan activamente en instituciones comunitarias judías, es muy difícil contabilizarlos como judíos, pese a formar parte activa de la ciudad de Berlín como centro de las artes. También me impresionó cómo Alemania se hace cargo de la preservación de la vida judía, por ejemplo con la reconstrucción de la nueva sinagoga de Dresden, con una arquitectura impresionante. El programa obviamente tenía un sesgo positivo para mostrar esta preocupación del estado alemán con hechos materiales para reparar a la comunidad judía en patrimonio tangible e intangible. Pero esta preocupación permanente también se refleja en el discurso que dio Angela Merkel en la Puerta de Brandenburgo en septiembre de 2014. Personalmente, el viaje fue una experiencia muy fuerte. Estuvimos en el memorial de la Conferencia de Wannsee, donde se decidió la llamada “solución final” o “Endlösung”, que determinó el exterminio masivo de judíos y en el Estadio Olímpico de Berlín, que está idéntico a cuando se construyó en 1936. También me impresionó la estación de la Friedrichstrasse, de donde salió el famoso “Kindertransport” (Transporte de niños) para salvar a los niños judíos.
¿De qué forma este viaje cambió tu apreciación sobre Alemania?
En lo personal, fue mi reconciliación con los alemanes. Son los únicos que hacen verdadera reparación. Y también me permitió entender ahora por qué los judíos alemanes siguen encantados con Berlín, a pesar de todo, e incluso han regresado a vivir allí. Para mi trabajo, fue tremendamente productivo en términos de redes, aprendizaje y conocimiento de las comunidades judías de Berlín. Antes y después de las actividades grupales logré hacer reuniones uno a uno, por ejemplo en el Museo Judío de Berlín. Hice vínculos con distintas personas y pude entender cómo trabajan en el ámbito de la memoria, con respeto, con una creatividad infinita –desde el proyecto de los “Stolpersteine” del artista Gunter Demnig hasta la arquitectura de Daniel Liebeskind– y con un gran acercamiento al público.
Alejandra Morales Stekel (1968, Chile) es artista visual y gestora cultural. Se graduó en el centro Yad Vashem (Centro Mundial para la Investigación, Educación, Documentación y Conmemoración sobre el Holocausto) en el programa de formación de docentes en enseñanza del Holocausto. Ha sido invitada por el Ministerio de Relaciones Exteriores y el Ministerio de Educación de Argentina para exponer sobre la situación de la enseñanza del Holocausto en Chile. En 1997 ganó la Bienal de Artes Mediales de Santiago con la video instalación “El sueño de mi muerte”. Ha expuesto en diversos museos y galerías en Chile y Estados Unidos, destacando la instalación mutimedial “Autorretrato” para la exposición colectiva Magnética. Su último proyecto es la exposición “Ars Factus in Libris: 12 obras de artistas chilenas en homenaje a Gabriela Mistral e Isabel Allende” del colectivo de artistas mujeres Ars Factus en Nueva York en abril de 2014.
Entrevista: Isabel Mardones,
Directora de la Cinemateca del Goethe-Institut Santiago.
Goethe-Institut Chile, Redacción online
enero 2015