Con el auspicio de la Comunidad Nueva Bnei Israel y el patrocinio del Círculo Israelita de Santiago, se estrenó el pasado 12 de septiembre el documental “El Rescate”, que narra la historia del diplomático salvadoreño José Arturo Castellanos, considerado el “Schindler latinoamericano” por haber salvado a miles de judíos de los campos de concentración nazis.
Ante un salón lleno y la presencia de representantes de varias embajadas, descendientes de sobrevivientes del Holocausto y de la chilena “Justa entre las Naciones”, María Edwards, su bisnieta María Angélica Puga, se exhibió este emotivo documental. En él se cuenta la historia del Coronel José Arturo Castellanos mientras fue cónsul de El Salvador en Gran Bretaña y Hamburgo, donde asumió el reto de emitir visas y documentos de nacionalidad para ayudar a los judíos amenazados por el régimen de Adolf Hitler.
Los nietos del protagonista de “El Rescate” desarrollaron el concepto de “Film-Concierto” como una forma única de contar la historia del salvataje de miles de judíos de una muerte segura, haciendo del documental “El Rescate” un emotivo y original homenaje a la valentía del abuelo de los hermanos que dirigen y forman parte de la banda sonora de la película y se presentan en vivo con una orquesta de jazz latino de cinco músicos, Álvaro tocando bajo y Boris en el piano.
Para Alejandra Morales, directora ejecutiva del Museo Interactivo Judío de Chile, es vital poder relevar el papel que jugó América Latina durante el Holocausto, “una tierra lejana de este oscuro episodio de la historia universal, pero que fue refugio para tantos sobrevivientes del Holocausto que se albergaron también en Chile”.
“El Rescate” no es solamente un documental sobre el Holocausto, sino un retrato muy íntimo de este desconocido héroe; y además contiene un mensaje universal: que a pesar de nuestras flaquezas humanas, cada uno de nosotros tiene la capacidad de combatir la injusticia, y de actuar con valentía y compasión aún en los tiempos más oscuros de la historia.
Castellanos encarna el potencial humanitario que puede alcanzar cualquier persona, al decidir romper con la indiferencia.
Su misión fue una hazaña entre dos: “un militar y un empresario, un no judío y un judío, un salvadoreño y un austríaco, unidos por la amistad y el deseo de salvar vidas” como lo relatan los nietos del cónsul al referirse al primer “rescatado” y luego cómplice de la operación conocida como “acción salvadoreña”
Esta gran historia, sin embargo permaneció oculta hasta que en 2005, en un sótano polvoriento en Ginebra, apareció una maleta con miles de certificados de nacionalidad salvadoreños, poniendo al descubierto la hazaña del diplomático. En 2010, el Museo del Holocausto (Yad Vashem) de Jerusalén otorgó el reconocimiento “Justo entre las Naciones” al cónsul salvadoreño, uniéndolo a los rangos de otros héroes como Oskar Schindler y Raoul Wallenberg.