En el marco de la inauguración de la nueva muestra del Holocausto del Museo Interactivo Judío y las conmemoraciones de Yom Hashoá, se realizó el 28 de abril un concierto con la soprano Erminie Blondel y el pianista Thomas Tacquet, miembros del foro Voces Sofocadas.
En el evento, que contó con el apoyo de las embajadas de Austria, Alemania, Estados Unidos, Francia e Israel, se interpretaron obras que nunca habían sido presentadas en América Latina. Se trataba de composiciones creadas por artistas judíos censurados o asesinados durante el Holocausto. “Por esto, fue un concierto muy emotivo y una maravillosa forma de perpetuar la memoria de las víctimas de la Shoá, cuando además estamos inaugurando la exposición sobre esta temática” explicó Sofía Cohen, Directora de Relaciones Institucionales del MIJ, quien además recalcó que “la intervención del sobreviviente del Holocausto y experto en música durante el Holocausto, Hans Stein, contextualizó muy bien el carácter del concierto y el papel del arte como respuesta ante la deshumanización y como protesta”.
Forum Voix Etouffées (Foro Voces Sofocadas)
La meta de Forum Voix Etouffées, fundado en 2003 por el director de orquesta y compositor Amaury du Closel, es el redescubrimiento, la conciliación y la promoción de compositores que fueron víctimas de regímenes totalitarios europeos del siglo XX. Dedicandose a una approximación historica, memorial y musical, así se pude descubrir un enorme tesoro de unos 20 000 obras aún no conocidos.
Amaury du Closel
Vive y trabaja desde 2013 en Viena. Primera publicación a nivel mundial sobre “Música degenerada” con más de 30.000 obras de compositores víctimas del regímenes totalitarios. Su tarea de toda una vida consiste en acercar estas composiciones a un público más amplio y organiza desde hace más de diez años conciertos en toda Europa, con el apoyo económico de la Unión Europea. Por su importante y precursora obra, fue condecorado con la Insignia de Honor de Oro por la República de Austria y con la Cruz de Mérito por la República Federal de Alemania.
Erminie Blondel y Thomas Tacquet forman parte del Ensamble Voix Etouffées de Amaury du Closel.
Erminie Blondel,
soprano franco-americana, estudió en el Conservatorio de Ginebra, tiene una maestría en Artes de la Interpretación de la Sorbona de París y fue miembro del estudio de la Ópera de Marsella, Centro Nacional de Integración Profesional de Artistas Líricos. Ha actuado en numerosos teatros y óperas de renombre, como el Teatro del Capitolio de Toulous, el Chorégies d’Orange, la Ópera Nacional de Grecia, la Ópera de Saint- Etienne, la de Avignon y de Pisa. Entre sus próximos compromisos figuran La Traviata (como Violetta), y su debut en la Ópera de Montecarlo y en el Teatro de Champs Elysées en Paris.
Thomas Tacquet,
pianista, Coach de canto y director de coro, es titular de un Máster en acompañamiento vocal y dirección vocal del Conservatorio (Nacional Superior de Música y Danza) de París, así como de un Diploma de Estado de música en conducción coral, clavicémbalo y formación musical básica, y cuenta con un Bachelor en musicología y filosofía de La Sorbonne. Ha ganado numerosos premios nacionales e internacionales y se ha presentado en la Ópera de la Bastilla de París, las Caballerizas Reales de Versalles, la Ópera de Saint-Etienne y la Ópera de Vichy.
Programa
Szymon Laks
8 Jüdische Volksweisen (8 canciones populares judías)
Max Kowalski
Pierrot Lunaire
Louis Saguer
Cuatro Cánticas Sefardíes
Viktor Ullmann
3 Jiddische Lieder (3 canciones en idish)
Ilse Weber
Ich wandre durch Theresienstadt (Camino por Theresienstadt)
Compositores
Szymon Laks (1901 – 1983), profesor de música, violinista y compositor judío polaco. Fue deportado a Auschwitz-Birkenau en 1942, donde sobrevivió como miembro, arreglista y director de la orquesta del campo.
Max Kowalski (1882 – 1956), compositor, cantante y profesor de canto judío polaco. Escribió un gran número de Lieder que fueron ampliamente interpretados en Alemania. En 1938 fue encarcelado en el campo de concentración de Buchenwald. Al ser liberado en 1939, emigró a Londres, donde trabajó como afinador de pianos y cantor sinagogal.
Louis Saguer (1907-1991), nacido con el nombre de Wolfgang Simoni en Alemania, fue cantante, director de orquesta y coreógrafo en la Ópera Estatal de Berlín. En 1929 se instaló en Francia, donde se convirtió en el director de la “Chorale populaire de Paris”.
Viktor Ullmann (1898-1944), compositor, director de orquesta y pianista austriaco. Sus padres procedían de familias judías convertidas al cristianismo. Estudió con Arnold Schönberg y, antes de ser asesinado en Auschwitz-Birkenau, estuvo en Theresienstadt, donde creó muchas obras.
Ilse Weber (1903-1944), escritora judía checa. En 1942 fue deportada a Theresienstadt, donde fue separada de su marido e hijo. Compuso numerosas canciones y escribió el libro de poemas In deinen Mauern wohnt das Leid (En tus muros habita el dolor), que no se publicó hasta 1991.
LA MÚSICA EN EL HOLOCAUSTO-SHOÁ
La música permitió a muchos judíos perseguidos en la Shoá expresar su dignidad humana en condiciones extremadamente deplorables. Les permitió, por momentos, escapar de la dura realidad, articular su deseo de libertad y encontrar consuelo y esperanza. Además de hacer música en privado, cantar e incluso bailar, la música se interpretaba en público en algunos guetos donde hubo cantantes callejeros que expresaban los sentimientos de los prisioneros del gueto.
Las actuaciones musicales profesionales eran censuradas y controladas por las autoridades nazis, pero la libertad de cantar y componer no podía ser completamente eliminada o controlada. Así, la música se convirtió en un símbolo de libertad.
En el gueto de Varsovia, por ejemplo, se organizaron pequeñas orquestas que tocaban en cafés y cocinas populares. Una orquesta sinfónica tocó música en el gueto hasta abril de 1942, cuando los nazis prohibieron la interpretación de obras de compositores alemanes. En el gueto de Lodz se organizaron actuaciones musicales y teatrales, una orquesta sinfónica y se fundó la sociedad de canto Zamir. En el gueto de Cracovia se interpretaba música de cámara y música litúrgica; y el gueto de Vilna tenía un amplio programa de actividades musicales, que incluía una orquesta sinfónica, varios coros y un conservatorio con más de 100 estudiantes. Un teatro de revista presentaba canciones populares sobre la vida en el gueto.
Entre las canciones más conocidas compuestas e interpretadas durante el Holocausto se encuentran varios del gueto de Vilna: “Zog nit keyn mol” (“Nunca digas”), escrito por Hirsch Glick y “Shtiler, Shtiler” (“Tranquilo, tranquilo”), con la melodía de Alexander Wolkowyski-Tamir, de once años, entre otras.
También los partisanos que escaparon de los guetos y campos compusieron canciones en varios idiomas, las cuales generalmente se cantaban en grupo.
En Theresienstadt (Terezín), donde fueron internados muchos músicos, compositores y artistas judíos de Europa Occidental y Central, se escribieron e interpretaron muchas obras. Viktor Ullmann (1898-1944) compuso allí varias obras. La presentación de su última obra, la ópera “Der Kaiser von Atlantis” (El Emperador de Atlantis), se canceló y Ullmann fue deportado a Auschwitz-Birkenau y asesinado. Otros compositores internados en Theresienstadt fueron Gideon Klein (1919-1945) e Ilse Weber (1903-1944). Entre las presentaciones más memorables estuvo la ópera infantil “Brundibár” (en checo) de Hans Krasa (1899-1944), que aparece en unapelícula de propaganda nazi rodada en Theresienstadt.
En algunos campos de exterminio, los alemanes formaron orquestas de prisioneros. Los obligaban a tocar cuando llegaban nuevos prisioneros al campo, en la marcha al trabajo y de camino a las cámaras de gas. Las orquestas también tenían que tocar para divertir al personal alemán del campo. Auschwitz llegó a tener seis orquestas, la mayor de las cuales estaba formada por 50 músicos. Una orquesta de mujeres en Auschwitz-Birkenau tenía 36 miembros y era dirigida por la famosa cantante Fania Fénelon. También hubo orquestas en Treblinka, Majdanek, Belzec y Sobibor.
Los compositores y poetas que sobrevivieron la Shoá escribieron nuevas obras en respuesta al Holocausto y en memoria de las víctimas.