Un pueblo sin territorio
y sin templo

Sala Rabi Akiva

Durante la época del Segundo Templo, y en particular entre fines del S. I AEC y S. II EC, somos testigos de un fenómeno de efervescencia religiosa en Judea, que se expresa, entre otras, con la aparición de numerosas sectas. Las más conocidas son los fariseos, los saduceos y los esenios, grupos que discrepaban entre sí en sus concepciones teológicas y en la interpretación de la Ley Judaica (Halajá).

Esta es la época de la transición de un pueblo con un centro territorial y espiritual establecido, hacia un período en el que deberá adaptarse a una vida sin territorio propio y sin Templo. Este será el desafío al que se enfrenta Rabi Akiva, testigo y protagonista de esta época y uno de los más grandes sabios de la historia de Israel.

Akiva nació en la época de la destrucción del Templo (70 EC), y creció en el seno de una familia que no pertenecía al mundo de los sabios y los intelectuales, pero se convirtió por mérito propio en un importante comentarista e exegeta; y las leyendas sobre su vida lo describen como gran maestro y educador.

Entre sus muchas obras, Rabi Akiva trabajó en la traducción de la Biblia al griego, y fue uno de los sabios más destacados en el proceso de creación de la Mishná. Asimismo, tuvo un rol activo en la rebelión militar de Bar Kojba, en el año 165 EC.